¿Por qué gusta tanto el enduro?


Hoy intentaré explicarles el porqué gusta tanto el enduro, o al menos, porqué creo yo que gusta tanto.
Al principio, todos decimos lo mismo: "a mí lo que me gusta es dar pedales, devorar kilómetros y kilómetros". Todos. Cuando empezamos con la bici, casi todos lo hacemos saliendo cerca de casa, por carreteras secundarias y pistas de tierra cortas. Con el tiempo nos vamos aventurando en algún caminillo y pronto nos encontramos algún paso de esos que sólo las cabras bajarían. Tarde o temprano nos incorporaremos a algún grupo de amigos, una grupeta, un club, lo que sea, gente con la que empezar a salir.

 
 Mi vieja bici en la Presa del Parralillo. Uno de tantos tutes que me pegué por carretera a solas.

Al principio las salidas en grupo poco difieren de las que hacías en solitario. Lo mismo, pistas de tierra y asfalto, pero paulatinamente se van introduciendo senderitos, caminitos y veredas que nos van poniendo a prueba. Y a pesar de que nos encanta dar pedales, eso de que el camino se estreche y te lleve concentraíto en lo que haces te va atrapando.

Y en todo grupo hay siempre alguno que sabe más que los demás, y en el que los novatos nos fijamos para aprender de él. Y vemos que aquel paso tan tan complicado el compañero en cuestión lo baja sin despeinarse, mientras nosotros nos quedamos lelitos mirando con la boca abierta y un chorro de babas se nos escapa por un lado del asombro que nos produce verlo.

 
En el Morro del Hierbahuerto. Una buena ruta, de pisteo eso sí.

Entonces.... si el puede....¿por qué yo no? Vamos poniendo de nuestra parte, fijándonos en la postura, oyendo consejos, aprendiendo de nuestros amigos, viendo vídrios del youtus, practicando en sitios no tan difíciles hasta que un buen día logramos bajar aquel paso tan malo.

Pero claro, con eso no nos conformamos. Vamos buscando nuevos desafíos, nuevos "pasos malos" que bajar. Empezamos a adquirir nuevo equipamiento, como un casco que te cubre más el cogote, o unas rodilleras. Temprano nos damos cuenta que nuestra bici ya no da más de sí y buscamos otra con más recorrido de suspensión. Puede que incluso llegue el momento que domingo sí y domingo también estemos pagando un remonte para pasarte el día bajando, como me pasó a mí. Tirando de técnica, de valor, y porqué no decirlo, de suerte, vamos progresando en el difícil arte de bajar.

 
"Culo atrás"

En esta progresión llega un momento que paramos. Ya sea porque creemos que ya tenemos un nivel adecuado a nuestras necesidades (y temores en mi caso), porque el siguiente escalón de conocimiento quizás implique el cambio de disciplina, o en el peor de los escenarios, un talegazo que hace que te replantees si es necesario estar todos los fines de semana dedicándolos sólo a bajar.

Uno de tantos remontes a los que fuí. En esta ocasión, con dos furgones. 

Y volvemos al principio. A hacer rutas circulares. A ir hasta tal pueblo, aparcar el coche, y seguir tal o cual track del wikiloc. Pero con una diferencia. Ahora buscamos seguir rutas con una buena bajada a la vuelta, con algún paso técnico que suponga algún desafío (y le aporte diversión al día).


Pues eso es el enduro, mis niños. Rutas circulares, donde se te dá un tiempo (en teoría suficiente para todos) para subir al inicio del tramo cronometrado, donde te pones toda la "armadura de caballero del zodiaco" y te tiras por ahí pabajo a buscar hacer el mejor tiempo que puedas, sabiendo que tu rival eres tú y el cronómetro. Y en la meta de ese tramo, vuelta a empezar. En total, 5 o 6 tramos de enlace -traduciendo, 5 o 6 repechos del carajo la vela, que tendrás que subir- para ganarte el derecho a tirarte en los correspondientes 5 o 6 tramos cronometrados de que conste la prueba. Casi como una circular con tus amigos, pero donde te cuentan el tiempo que tardas en bajar.

Y no se equivoquen mis niños. Las subidas no son siempre fáciles. Estamos hablando que debajo nuestro llevamos unos atarecos de entre 13 y 16 kilos, con unas geometrías que hacen que cada pedalada sea un triunfo, unas suspensiones que con cada empuje de pedal se comprimen haciendo que se pierda muchísima fuerza, y además, vamos acarriando con lo que les decía antes, la famosa "armadura del zodiaco". Estas protecciones, casco, rodilleras, coderas, espaldera, espinilleras, tranquilamente hablamos de tres o cuatro kilos de carga más. Sin olvidar la mochila, que además del aguita, debe de contener todos los elementos necesarios para suplir cualquier eventualidad. Repuestos, parches, bombas de aire, un pequeño botiquín, ..... ¡ah! y el móvil para el selfie ¡imprescindible!

Mi mochila. Foto real. Y según con quién vaya, igual pongo alguna que otra cámara de repuesto extra.....

Hablamos por tanto de que al final una carrera de enduro es casi como una circular con tus amigos, en la que cuando llegas al principio de una bajada te tiras sin mirar patrás. Una aventura en la que debes de ser autosuficiente, que debes de afrontar con una más que notable forma física y sobre todo, con ganas de divertirte, y no sólo bajando. Es, quizás, la evolución más lógica en el mountain bike. Al principio, eso, rutitas sencillas, poco a poco, le incorporas alguna bajada, con el tiempo, subes un montón solo para hacer aquella bajadilla, y de ahí a que te cronometren esa bajada, ya solo es un paso.

Por supuesto que a nivel de espectador, las carreras de enduro y de Dh son las más espectaculares y vistosas. Se obtienen instantáneas preciosas de corredores arriesgando mucho en pasos difíciles. Pero a nivel individual lo que hay que darse cuenta es en la carita que ponen todos cuando llegan a meta. No hay uno triste, ni siquiera el que por avería no terminó la ruta. Y es por eso mismo por lo que creo que gusta tanto el enduro. Esa mezcla de aventura, de ser autosuficiente, de adrenalina en las bajadas, de agotador esfuerzo físico en las subidas, ese compañerismo con tus no rivales sino compañeros de carrera, hacen que el enduro sea la disciplina de moda.

Este año en el club hemos planificado y preparado un enduro en Agaete. Un evento pionero en la comarca, que queremos que sus participantes disfruten con este espíritu de aventura y compañerismo. Que sepan que lo de las subidas, bueno, van a tener que dar pedales. Y lo de la adrenalina bajando..... la tienen asegurada jajajaja



Saludos. Nos vemos dando pedales.

NOTA: Lo publicado es meramente un artículo de opinión del autor. No representa más que un consejo, una opinión, el parecer de una persona, y nunca algo vinculante. El club y sus empresas patrocinadoras no se hacen responsables de las opiniones vertidas por su autor.