Magma Bike 2018, por Fermín Hernández

Magma Bike 2018 - Por Fermín Hernández





La isla de El Hierro y sus habitantes, se han volcado en peso para que nosotros, unos humildes amantes de las dos ruedas, volvamos a disfrutar como niños durante las pocas horas que dura uno de los mejores recorridos que podamos encontrar en nuestro querido archipiélago canario.

En mi caso, la aventura empieza el 19 de enero cuando después de solo una hora de la apertura de inscripciones, me quedo en reserva. No me lo podía creer, esto no me podía estar pasando, ¡estaba fuera! De repente se amplía el cupo y ahora sí, ¡estoy dentro!


Con todo confirmado, decido desplazarme en barco con la familia y aunque lleve esta isla siempre conmigo, el viaje me hace recordar lo lejos que estamos unos de otros y lo difícil que les debe resultar, a la gente de aquí, conseguir muchas de las cosas que en otra isla ni tenemos en cuenta.

Desde el barco, el tiempo no auguraba nada bueno para el día de la carrera. El viento, la lluvia y las bajas temperaturas parecían que se iban a dejar notar durante toda la carrera. Por suerte para todos los participantes y organizadores, no fue así y disfrutamos de la cara más amable que la isla nos podía ofrecer.







Para mí, el recorrido ha sido el mejor de estas últimas ediciones, aunque apenas sufriera cambios con respecto al de la edición anterior. El hecho de que no se perdiera altura, bajando a la zona de Las Lapas después de subir al Morcillo y el cambio de recorrido hacia el Pino Piloto, me dio fuerzas para seguir subiendo hacia la cota más alta. La parte más dura, para mí, fue el final de la subida a Malpaso ya que la temperatura bajó notablemente debido a la neblina y al viento que azotaba con fuerza.

Luego de pasar por Malpaso y La Cruz de los Reyes el tiempo mejoró considerablemente y pude disfrutar de la tranquilidad que da el ir de los últimos conversando con los corredores que hacían de escobas.



Después de atravesar los maravillosos senderos de La Llanía, nos dirigimos hacia la zona de Las Asomadas y aunque rodáramos gran parte del tiempo por “el letime” la niebla nos impedía ver la impresionante caída que teníamos a nuestra izquierda. Ya en los Llanos de Nisdafe fui dejando atrás a gente con los cuadricep subidos y hasta a una corredora a la que le querían inflar la horquilla con una bomba corriente. Ahí fue cuando me asocié con una pareja de chicas a las que acompañé durante el resto del camino.
La bajada fue un disfrute total, la nueva incursión por La Llanía, el rápido y divertido canal, la zona de piedras, la bajada por la montaña de picón y poco más que siempre sabe a poco.

Fue de agradecer el ver los caminos limpios y bien señalizados que me indicaban el gran trabajo previo que se había realizado por parte de los voluntarios para que todos disfrutáramos con el menor riesgo posible de accidente.

Los avituallamientos como siempre muy bien atendidos con el cariño, entrega y generosidad que caracteriza a los herreños. Sabemos que en ninguna carrera estarán situados en el lugar idóneo para las necesidades de cada participante pero en esta ocasión pude comprobar como se mejoraron algunas de las ubicaciones con respecto a ediciones anteriores.


Por último, una mención a los magníficos diseños de las camisetas, así como el de todo el merchandiser disponible para la ocasión que ya se empiezan a ver circulando por todas las rutas de nuestro archipiélago.

Un evento con una organización de lujo para 550 corredores que promete duplicarse en la siguiente edición y a la que yo no voy a faltar.





NOTA: Lo publicado es meramente un artículo de opinión del autor. No representa más que un consejo, una opinión, el parecer de una persona, y nunca algo vinculante. El club y sus empresas patrocinadoras no se hacen responsables de las opiniones vertidas por su autor. Tampoco se hacen responsables de que de repente te hayan entrado unas ganas locas de irte  a la Magma el año que viene.